abril 19, 2024 5:50 pm

FOTO: RUBEN FIGUEROA

Luis Carlos Rodríguez González/The Exodo

Nació en el Congo y emigró a México hace siete años con una escala en Francia. Charden Ansoula tenía el sueño de ser boxeador profesional y para ello ha trabajado en la capital mexicana lo mismo de velador, maestro de francés, “diablero” en la Central de Abastos, predicador cristiano y vendedor ambulante. Vivió en las calles sobre Paseo de la Reforma, probó suerte como jornalero agrícola en Guerrero y a todo sobrevivió.

De casi 40 años de edad forma parte del éxodo de migrantes africanos que han llegado en los últimos años y meses a México. Vive en Iztapalapa donde se casó con una mexicana. Ya tiene un hijo de cinco años y se ha habituado a su nueva vida a más de 13 mil kilómetros de las selvas tropicales africanas que fueron sustituidas por el gris y deforestado paisaje de la Sierra de Santa Catarina, al oriente de la Ciudad de México.

“Salí de El Congo cuando tenía 10 años. Mi papá era también boxeador y nos llevó a mi mamá y mis hermanos a vivir a Francia. Ahí yo empecé a entrenar para ser boxeador y gané varios torneos juveniles y amateurs. Siempre soñé con ser boxeador, por eso viaje primero a Estados Unidos y luego a México, pero creo que el sueño se terminó”, dijo a The Exodo en un español afrancesado.

En los últimos años y meses esta oleada de migrantes africanos que arriban hacia México se ha incrementado. De acuerdo al Colegio de la Frontera Norte (Colef) desde 2016 se incrementó el arribó de personas provenientes de África y Asia a nuestro país, sumado a los éxodos tradicionales de centroamericanos y caribeños.

En México en 2017 fueron presentadas ante la autoridad migratoria ciudadanos que vienen de países de Asia, en específico de India, Bangladesh, Nepal y Pakistán. Y a esta migración se suma la de África, entre la cual destacan los originarios de Eritrea, Camerún, Ghana, Guinea, República Democrática del Congo, Angola y Somalia.

Algunos tuvieron que recorren hasta una decena de países para llegar a México e intentar cruzar hacia Estados Unidos. Viajaron en avión hasta Brasil. De ahí todo por tierra y mar, escondidos, buscando no ser víctimas de la delincuencia y las redes de trata de personas. Pasaron por Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Honduras, El Salvador, Guatemala y México.

Muchos están varados en Tapachula, Chiapas, ciudad fronteriza con Guatemala. Sin dinero, sin apoyo, en espera de una visa que les permita cruzar la peligrosa ruta del territorio mexicano y aspirar a ser aceptados por el gobierno de Donald Trump.

En el Parque del Café, en Tapachula, Emmanuel Ludochivch, nacido en Angola, comentó que estuvo privado de su libertad por 14 días dentro de la Estación Migratoria, sin poder visitar a su madre y a sus nueve hermanos.

“Viajé nueve meses para estar aquí, nosotros somos nueve, mi mamá, mi hermano, mi hija y un pariente. Salimos de Angola para Brasil, de Brasil nos quedamos un tiempo, cuatro meses para conseguir plata, luego viajamos a Perú, de Perú a Ecuador, de Ecuador a Colombia, de Colombia a Panamá, lo más difícil fue Colombia, porque pasamos por la selva. Yo hice seis días, mi mamá nueve días, porque iba con mi hermana pequeña”, dijo a diarios locales.

De acuerdo a organizaciones no gubernamentales se calcula que entre 2 mil y 3 mil personas de origen africano y haitiano, la mayoría mujeres, niños y jóvenes, se encuentran varadas en el sur de México, en espera de la ansiada visa. Muchos ya tienen más de un mes en espera de que el Instituto Nacional de Migración (INM) resuelva su situación.

Algunos ya están desesperados por el desdén y burocracia de las autoridades migrantes y han denunciado actos de racismo en su contra. Esta semana bloquearon los accesos de la Estación Migratoria Siglo XXI en protesta por esta lentitud en sus oficios de salida.

Al menos 700 niños, niñas y adolescentes migrantes de origen africano forman parte de este contingente que se encuentra en la frontera sur de México. Viven en casas de campaña, pero a pesar del apoyo de organizaciones no gubernamentales, ya tiene problemas de salud porque duermen sobre cartones y la alimentación es limitada.

De acuerdo a la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización Internacional de Migraciones (OIM), Estados Unidos es marcadamente el mayor receptor de inmigrantes provenientes de Asia, África, Cuba y Haití.

Muchos de estos migrantes, señalan ambas organizaciones en estudio, presentan “un marcado deterioro de su salud física y psicológica, por los procesos de desarraigo, por el largo tránsito y por tener que enfrentar diariamente a autoridades nacionales y otros agentes”.

Tonatiuh Guillén López, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) dijo que este éxodo proviene de naciones como Bangaldesh, Sirilanka, entre otros y no descartó que redes de tráfico de personas estén detrás de este éxodo.

“No proceden de lugares cercanos, hay personas que proviene de África algunas de Asia. En este momento tuvimos que hacer una pausa en nuestros registros de regularización en Tapachula debido a que encontramos un movimiento muy grande de personas de nacionalidades tan extrañas para nosotros como Nepal, Angola o como países como Bangladés, Sir Lanka, etcétera”, concluyó.

www.theexodo.com

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