marzo 28, 2024 1:18 pm

Luis Carlos Rodríguez González/The Exodo

Llegue a vivir a Villa Coapa cuando tenía 10 años y entre a estudiar a la Escuela “Somalia”, por los rumbos de Garita y Miramontes. De ahí pase a la “Ucrania” en el sexto grado y curse la Secundaria en la Técnica 40. La suerte me siguió acompañando y me quede en la Prepa 5, en Calzada del Hueso.

De aquí soy a pesar de que por algunos lapsos de vida he tenido que alejarme por meses o años de los rumbos de Coapa. Mis padres han vivido más de 40 años en la Unidad Coapa Tenorios, lugar donde disfrute infancia y juventud. Estrenamos esa unidad, de las últimas que construyó Fovissste y pensamos que eran indestructibles, de las más modernas en ese entonces “con gatos hidráulicos anti sismos”. Tal vez nos equivocamos.

Junto a la cancha de basquetbol, el edificio D, se venció. Está a punto del colapso. Los vecinos, muchos padres o abuelos de amigos y conocidos de la infancia, empezaron la mudanza, el éxodo de recuerdos. Las caras de angustia, de tristeza, mientras que brigadas de rescatistas apuntalan la dañada estructura de tabiques anaranjados.

A pocas calles de ahí, en Calzada de las Brujas, a la vuelta de la escuela de natación donde mis dos hijos aprendieron a nadar, en la Colonia Oriental Coapa, ocurrió lo impensable en el Colegio Enrique Rébsamen, epicentro de la tragedia, pero también de la esperanza, de la solidaridad, de los coapenses y otros habitantes de la Ciudad de México, lo mismo estudiantes de la UNAM, del Poli, del Seminario de Acoxpa, del Colegio México, simplemente vecinos.

Pero también es escenario del protagonismo de algunos medios electrónicos, de sus reporteros y conductores por “ganar la nota”, aclarar, desmentir y exponen su poca ética al discutir si una posible víctima se llamaba Frida Sofia o no, todo ello en medio de la emergencia, de la tragedia.

Pasamos enfrente de este colegio cientos de veces, para ahorrar el tráfico en Acoxpa o para visitar a mi hermano que vive a unas calles. Aún no puedo imaginar ver ese recinto hecho escombros y saber que de ahí fallecieron 19 niños y ocho adultos.

Cerca de ahí, el sitio por excelencia para los vecinos de la zona para pasar el rato, el Centro Comercial Galerías Coapa, que está a punto de derrumbarse, con serias fracturas. Recuerdo que recién inaugurado, hace menos de dos décadas, era lo más moderno en el sur de la ciudad. Ir a los cines, a las tiendas, simplemente por un helado. Ahora tendrá que ser demolido. Afortunadamente ahí no hubo víctimas.

Enfrente de Galerías es otra la historia. El Conjunto Residencial Girasoles, en la calle de Rancho Los Arcos, dos edificios se derrumbaron completamente, con un saldo de ocho personas fallecidas. Ahí laboraron día y noche rescatistas, voluntarios y militares por 48 horas y lograron rescatar con vida a 21 hombres, mujeres y niños.

Aún recuerdo cuando llegamos a vivir a Coapa, hace cuatro décadas, existía un gran terreno baldío en la esquina de Canal de Miramontes y Calzada del Hueso. Ahí se levantaba n anuncio espectacular con la leyenda: “Viva en Conjunto Residencial Girasoles”, con una gran flor amarilla y una pareja con

dos hijos sonriendo y se agrega que era unos de los mejores y más seguros lugares para vivir al sur de la capital.

Hoy Coapa, está herida, lastimada, triste, lo vez en la cara de los vecinos, de la gente que cualquier tarde paseaba en Galerías o iba por el mandado al Chedradui. Hoy caminan para asomarse a ver las heridas, los escombros, platican entre si sobre el recuento de los daños que dejó el sismo del 19 de septiembre. www

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