abril 25, 2024 3:48 am

Chichihualco: El pueblo guerrerense de los “brazucas” mexicanos

· Fabrican a mano más de la mitad de los balones en México

Luis Rodríguez. Enviado/Portal The Exodo

Chichihualco, Guerrero.- Enclavado en la entrada de la Sierra Filo de Caballos en Guerrero, no exento de las secuelas de violencia que azota a esta región del país, esta población tiene casi medio siglo de vivir del futbol, pero no por ser cuna de deportistas, sino de fabricar a mano más de la mitad de los balones que se patean en México.

A casi una hora de distancia de la capital Chilpancingo, en medio de cañadas y montañas, este pueblo de poco más de 12 mil habitantes se distingue de otras comunidades por tener una baja migración debido a que han encontrado en la maquila de los balones una forma de vivir e incluso de exportar sus productos a otros países.

En las empinadas calles y laderas se pueden apreciar a jóvenes, mujeres y niños, que en las puertas de sus casas cosen a mano los “brazucas” mexicanos que no le piden nada en calidad a las que fabrican en Paquistán, en La India o mucho menos en China.

“Aquí se producen más de la mitad de los balones de futbol en México, esta tradición empezó en 1967 cuando establecí aquí en el pueblo el primer taller para diseñar, cortar y coser a mano balones de cuero”, comenta Don Alberto Morales Adame.

Los precios actualmente de los balones varían de los 45 pesos hasta los 200, dependiendo de la calidad del material, la textura, los grabados, la marca, los colores. Pero todo son cosidos a mano, a diferencia de los importados de China y otras naciones que son pegados y ya no utilizan cámara, por lo que si se ponchan no tienen reparación.

Actualmente unas 100 familias de Chichihualco y poblaciones aledañas se dedican a esta actividad, pero en los últimos han ha existido una baja en la producción debido al ingreso de balones chinos y de otros países que se venden en tiendas de autoservicio, tianguis y mercados a un precio más bajo, pero que son de una mala calidad.

Don Alberto, con una de las esféricas en la mano, de fino acabado, comenta que estos balones “no le piden nada al Brazuca que se fábrica en Paquistán y en China en calidad”, pero desafortunadamente no hay una apoyo por parte de la Federación Mexicana de Futbol, ni de los grandes clubes, que optan por usar balones importados.

José Figueroa, otro pequeño fabricante de Chihihualco, señaló que el fabricaba hasta hace unos 10 años alrededor de 1,000 balones por semana, pero a raíz de la entrada de contrabando y legal de balones chinos, ha tenido que bajar la producción a sólo 500.

“Es una pena que no haya la promoción a esta industria artesanal mexicana. Que ni siquiera la SEP, la Conade y otras dependencias federales y del estado de Guerrero, opten por comprar balones importados y darnos la espalda a nosotros. Nosotros, de tener apoyo, podríamos haber fabricado miles de Brazucas para el Mundial de Brasil”, apuntó.

Figueroa comentó que incluso varios distribuidores de cámaras para los balones que había en este pueblo optaron por cerrar, ya que la demanda ha bajado a raíz del ingreso de balones chinos. “Antes venían comerciantes, intermediarios, tianguistas, dueños de tiendas de deportes a comprar, ahora son pocos los que nos visitan”.

Destacó que actualmente fabricar el balón de menor precio, es decir de 45 pesos, pero que tiene mayor calidad que los chinos o pakistanís, es de alrededor de 30 pesos. Es decir un margen de ganancia de 15 pesos, porque hay que descontar mano de obra de 15 pesos, sumarle lona, el vinil, las pinturas, pegamentos, cámaras y los hilos de cáñamo.

José Luis Adame, otro de los productores de los mejores balones de México, comenta que en este pueblo se produce las marcas Guerrero, Eclipse, Balmex, Super Crack, Estrella y la Garcis. “Pero también hemos fabricado balones para la Nike y la Adidas, pero se requiere apoyo para promocionar nuestros productos”.

Casiano, de 13 años, es un experto cosiendo balones, actividad que combina con sus estudios de segundo de secundaria. También sueña con ser futbolista profesional.

“En un día he logrado coser hasta cinco balones que me pagan a 13 pesos cada uno y con eso me ayudo para los gastos de la escuela”, indicó mientras camina rumbo a su escuela y sin distraerse va dando forma con aguja e hilo a un esférica de la marca Garcis.

A pesar de la invasión extranjera de balones de mala calidad a México, que sólo aguantan dos o tres partidos, Chichihualco resiste la “barrida” y produce más de 30 mil balones al día y sueña con llegar algún día, como las pequeñas empresas de Pakistán a fabricar el balón oficial en Mundial de Futbol.

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